El escalador
congelado, materiales
Entrañas, raíces, extrañas,
semillas, lluvia, incendios, señales, huellas, materiales.
Mis novelas nacen de una imagen,
de un recuerdo, de un sabor, de una canción, de un recorte de prensa o de una
frase que puedo haber escuchado en cualquier lugar. Imágenes, palabras,
sonidos, que pueden entenderse como el árbol genealógico, el ADN, una especie
de “padres y madres” de la novela. A pesar de que no se reconozcan en el
resultado final, incluso difuminadas, desaparecidas, cenizas tras el incendio,
contribuyeron a su gestación de manera decisiva. También me sirve para explicar
este proceso –de construcción/destrucción/transformación- ese tan manido y
recurrente ejemplo del puzzle. Cada recuerdo, cada canción, cada imagen, cada
palabra o sabor es una pieza sin significado aparente, o con un significado
individual, muy concreto. Señales, huellas...
Necesitan las piezas ser
combinadas, ser colocadas en el lugar adecuado. En su lugar. Seguir las huellas
hasta llegar a ese punto, que es este lugar.
Llamemos materiales a
estas piezas –huellas, señales-. Me gusta esta definición, que me procura tacto
y concreción. Que puedo manejar con los frágiles dedos de la memoria.
Por primera vez quiero mostrar y
compartir mis materiales, con los que he construido El escalador
congelado.
Desde hoy, unas semanas antes del
27 de noviembre, día en el que El escalador congelado llega a las
librerías, en www.elescaladorcongelado.blogspot.com
iré mostrando estos materiales. Puede entenderse como un acto de
exhibicionismo, pero también tiene mucho de sinceridad, créame. Son muchos y
muy diversos, dispersos, inconexos tal vez piense -pero no-. No. Materiales de
construcción.
Twitter @gutisolis
facebook.com/elescalador.congelado
email:
escaladorcongelado@gmail.com
27
de noviembre, comienza la escalada
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