jueves, 26 de septiembre de 2013

LOS CRÍTICOS HAN DICHO DE EL ESCALADOR CONGELADO

En la mejor tradición de la narrativa contemporánea. (Mercurio) 

Retrato de una generación.  El Cultural (El Mundo)
Los personajes son intensos, reales. Foco Sur
Historias que son como la vida misma. Babelia (El País)

Una novela hecha de diminutos detalles. (Me Gusta Leer)

Novela especialmente atenta a la intemperie que nos rodea. (Brújulas y Espirales)

Personajes inolvidables. (Mundo Macgregoriano)

Nos podríamos ver reflejados cualquiera. (Liberty Café)

Vidas cruzadas y lenguaje directo. (La Tormenta en un Vaso / Culturamas)

miércoles, 4 de septiembre de 2013

EL ESCALADOR CONGELADO EN FOCO SUR

El escritor Salvador Gutiérrez Solís (Córdoba, 1968), ganador del XIX Premio Andalucía de la Crítica 2013, es también autor de las exitosas obras La novela de un novelista malaleche, finalista del Premio Nacional de la Crítica (1999), El sentimiento cautivo (finalista del Premio Fernando Lara de Novela en 2005 y del premio Andalucía de la Crítica), El batallón de los perdedores (2006), donde recupera la figura del novelista malaleche, la biografía Bernaby Conrad, una pasión española (2007), la tercera entrega del personaje de malaleche en Guadalajara (2006) y El orden de la memoria, publicada por Destino en 2009. El escalador congelado se mueve por los senderos más acuciantes de la existencia. La sentimentalidad habita en el ser humano y le acompaña a través de todas las aristas que la vida le plantea. Escenarios de sueños y retos, saltos en el vacío, muros de impotencia ante lo que se transita sin control, deseos atrapados en la mirada, en la nostalgia de una vida que un día pudo ser, con las contradicciones que se aproximan al agujero negro existencial, tránsito del devenir de los días, camino adosado a los recuerdos y la melancolía, y en suma, al desarrollo de una vida representada en todas sus escalas y pulsiones. Los personajes son intensos,reales, y se van adentrando en la piel de una novela que contiene capítulos desbordados por el poso psicológico, por una verdad que se transparenta, más allá de los sueños y los quebrantos. Con esa imagen congelada del escalador que nos remite a la levedad del ser, o esa barca azul que simboliza la esperanza de futuro, metáfora de la vida y sus signos. Novela ágil, cruce de historias compactas, un compendio de capítulos bien estructurados que van desarrollando su trama al compás de los mensajes que nos acercan a la resolución de las incógnitas, que constatan, en muchos casos, la levedad del ser, el miedo, la derrota y donde también hay sesgos de esperanza. El drama personal se une a la descripción de unos sentimientos que fluyen y se dejan sentir a lo largo de unas páginas que potencian emociones universales: amor y desamor, deseo, infidelidades e impotencia, enfermedad, vida en las favelas, maltrato, el desván de la memoria, un libro, Rojo y negro, de Stendhal, secuenciando una verdad, una novela donde convive el valor de los pequeños detalles, en ese juego descriptivo tan lleno de de riqueza conceptual, junto a la importancia de los nuevos descubrimientos, el poder de los sentidos, y la lucha por alcanzar una meta, vital, constructiva, necesaria.

Pilar Quirosa-Cheyrouze y Muñoz